Esta es una receta de pasta, con un cierto toque oriental que le dan las especias como el jengibre la albahaca.
El Jengibre, que vemos en la foto superior, y con el que cocinamos es la raiz de una planta que se cultiva en zonas tropicales del sudeste asiático principalmente en China y en la India, y también en America del sur, principalmente en Jamaica. Tiene un aroma muy agradable y característico que le da un toque especial a los platos en los que se usa. Aparte de usarse para cocinar también tiene propiedades analgésicas y anti inflamatorias usado de forma externa.
También tenemos un ingrediente poco habitual como es la leche de coco, que le aporta sabor a la receta, no obstante si no podéis encontrar alguno de los ingredientes no dudéis en hacer esta receta con los que tengáis, que seguro que os sorprenderá el sabor.
Ingredientes
1/2 kg de Langostinos
250 gr de Tallarines
200 gr de tomate natural
1 Cebolla
Aceite de Oliva
Azucar
Albahaca molida
1/2 guindilla
1 vaso leche de coco
1/2 limón
Jengibre
3 dientes de Ajo
Perejil
Sal
Elaboración
Pelamos y descabezamos los langostinos, y con estas cascaras y cabezas hacemos un caldo, añadiendo un poco de agua y sal, poniéndolo a hervir durante unos minutos. Durante la cocción aplastamos las cabezas para sacarle el jugo y que el caldo nos quede más sabroso.
En una sartén con un poco de aceite ponemos a pochar la cebolla y los 3 dientes de ajo todo muy bien picado, hasta que empiecen a dorarse, entonces añadimos el tomate que si es natural estará pelado y picado. (También podemos usar un bote de tomate natural triturado de 200 gr) le añadimos un poco de sal y una cucharadita de azúcar para quitar el amargor al tomate, y lo cocinamos todo a fuego suave durante 20 minutos. Pasamos la salsa por el pasapuré o por la batidora para que nos quede una salsa muy fina.
En una sartén con una gota de aceite doramos los langostinos pelados, con una pizca de sal y los reservamos. En esta misma sartén añadimos la salsa de tomate a la que añadimos la albahaca, media guindilla triturada, el vaso de leche de coco, la raspadura del 1/2 limón y la ralladura de un trocito de jengibre (una cucharada de café). Añadimos un vaso de caldo de los langostinos y dejamos reducir la salsa.
Mientras tanto en abundante agua salada ponemos a cocer los tallarines. Una vez cocidos los refrescamos con agua fría, y los añadimos a la salsa de tomate. Añadimos los langostinos y un poco de perejil picado. Removemos con cuidado y dejamos todo hacer durante 3 ó 4 minutos para que se mezclen los sabores.
Si no os gusta el picante, podéis prescindir de la guindilla, o usarla en menor cantidad, todo es cuestión de ir probando para aumentar o disminuir la cantidad de esta, o de alguno de los ingredientes, hasta que la receta esté a vuestro gusto.
Esto es lo que hacían nuestras madres y nuestras abuelas, que no entendían de cantidades, si no que era siempre: "lo que sea necesario". Por ello muchas veces las cantidades sólo son orientativas, y sois vosotras las que tenéis la última palabra dependiendo de vuestro gustos y apetencias.
¡¡ Espero que os guste!!
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